REENCUENTRO

Hay un vértigo desde el Espíritu al cuerpo.
Hay una nostalgia esencial desde el cuerpo hacia el Espíritu.
Hay un aullido que se enlaza con la oración sacra.
Hay templos monumentales que anuncian lo infinito.
Hay una procesión de sombras silenciosas cruzando la historia y las obras.
Hay monjes disfrazados de sombras que conocen el gran secreto.
Yo los he desenmascarado en esas tabernas casi derrumbadas de estos tiempos y en mi ciudad.
Hay órdenes misteriosas que se desenvuelven casi debajo de los mostradores y los poetas del silencio.
Hay cascadas de Luz detrás de las formas del tiempo.
¿Acaso yo conozco a los desconocidos de siempre?
¿Acaso hay una Orden misteriosa en ese ámbito entre el Espíritu y el cuerpo?
¿Qué es el Alma?
¿Dónde queda el Círculo?
¿Y la Ciudad?
¿O la verticalidad del silencio?
A esta Escuela sin tiempo ni espacio no se puede entrar sin el Espíritu o sin el cuerpo, y muchísimo menos sin el Alma.
El plano intermedio entre el Espíritu y el cuerpo lo da el Reencuentro con la mujer.
Sin la imagen al menos de ella no es posible la entrada a esta Orden sin tiempo ni espacio.
Orden de sabios, de poetas, de guerreros de todos los tiempos, de héroes y heroínas, de artesanos y orfebres del templo, de santos activos, de custodios de la luz, de Magos.
La salida es por el no aislamiento profundo y abismal, alquímico y religioso de alta Tonalidad Esencial, eterna, intemporal como en aquellas edades ya olvidadas...
Vertical como un suspiro de la luz, como un encuentro imposible que se torna posible, sin fórmulas conocidas, porque es eterno.
Es cuando hay un buen silencio tenso y pleno.
La tensión del Espíritu y su norte es imprescindible para mantener la bipolaridad necesaria para la formación del Centro Creador.
La verdad es un acto de recreación para los que sirven al único fin posible, porque saben que son diferentes, porque saben lo que está prohibido saber, porque tienen un destino al margen del tiempo y lo eterno auto-iluminándose.
Y todo esto en sincronicidad y justicia vertical.
Ya es hora de que hable del verdadero cambio Total.
Sin un adentro ni un afuera que obstruya esta intensidad de los tiempos de alegría y luz, de pan y espíritu, porque habrá un quehacer para los que dicen tener destino, de lo contrario no habrá tiempo sin tiempo para los mentirosos de la postergación y el sueño.

jlc