
Me vi en el espejo conmovido
de la naturaleza esperanzada
y me reconocí en su reflejo
y en el alma embravecida.
Fue entonces cuando llegaron a mí
irruptuosamente
cartas, pergaminos, mapas de navegación marina
y también brazos oscuros extendidos
corriendo entre sus dedos
pétalos blancos del jazmín secreto,
entre cadenas oxidadas
y gritos que me desgarran...
¡Ay!, si no fuera por el jazmín secreto,
cuantos rayos y centellasharía estallar sobre los muertos.
jlc
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