Y no fue ese rapto
de silencio tirando
hacia la nada lo
que me apaciguó, sino
su melodía oculta,
ese eco inaudible
de alguien gritando y golpeando
con sus puños al otro lado
del espejo de las estrellas.
Se dibujaba en ese espacio
como un extraño
pájaro azul. El Silencio
tremendamente atento,
asombrosamente maravillado.
jlc
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