Todo ocurre entre los dos extremos del Árbol de la Vida, en aquellas moradas, entre el ámbito del Alma, desde las regiones más oscuras y la Libertad Total del Espíritu, más allá aun del Fruto, que viene viajando desde milenios por esta Burbuja Universo. 

                                                             

Primero hay que mudarse de mundo, abandonar todos esos fetiches, con los que te anclas y das vueltas como una calesita diabólica, o sea involutiva, desear mudarse de mundo ya es haber olido la Libertad, el Despertar.

Se viaja por el Espíritu en la barca de la Memoria, por un sistema de Leyes, en un anillo nupcial, en la cámara secreta de los Dioses, nuestro prójimo.

Amar es también decirle a Dios: Este es el mundo que quiero contigo!

Confiar es abogar por el Fuego.

Amar es también decirle a Dios: Este es el mundo que quiero contigo!

Confiar es abogar por el Fuego.

La vida está hecha de la substancia de los sueños del Espíritu.

Avanzar algunas veces también es retroceder, hasta lo suficiente. La perla que andas buscando está envuelta en tus ilusiones, allí, donde empezaste toda esta historia.

El humor y el discernimiento caminan juntos.

Cuando no queda nada afuera, estas contigo.

No deberías hablar desde lo profundo, con quien no puede leer tu Silencio.

Por las rutas del Silencio, hallaras las palabras consagradas.

El ego solamente existe mientras tengas una tranza con la mentira.

Donde quiera que busques al conocer hallaras "lo mismo" en última reducción y tú Uno con ello pero sin dos, y sin embargo Tú, solo que ahora has expandido tu conciencia, has crecido, has hallado y has visto finalmente Aquello que solo puede verse dentro de la locura de Dios.

La Creación es más un Drama de Amor, que una Ambición del Espíritu.   

                         

Fuera de Dios, se es incluido, Dios es Aquel que no puede ser incluido, solo internalizado, eso da la noción topográfica del lugar en el Espíritu, es como peregrinar por el interior del Árbol de la Vida en la Medianoche Cósmica.

Los paganismos fueron una suerte de Alquimia del Espíritu, viajando por toda la diversidad de las formas, hasta hallar el Común Denominador, en el Sí Mismo. En el nacimiento del Cristo de Acuario se da la SÍNTESIS.

Cuando la vastedad del Espíritu te ingresa a la inmensidad de su espacio infinito, es porque el Abismo ya había perdido sus límites, o el tiempo hubo perdido su Forma, y sus mejores colores saludan al Dios Naciente.

                                Jorge Costa