Viajar , o vivir es ser como
un río, que tarde o temprano desaparecería en el mar, y es en el mar cuando el río es pleno, cuando al perder su forma ha aumentado su dimensión, su
transparencia su caudal interior, sus sales, y aquellos nuevos diálogos
con figuras desconocidas que al sumergirse en lo hondo de la liquida
transparencia desaparecen como un río caudaloso volcado en la inmensidad por
esa mano piadosa de quien fuera antaño una estrella y sueña sus sueños
milenarios sumergiendo su cabeza de esmeralda en el centro de todos los
sueños.
Jorge
Costa
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